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WRÓCIC (VOLVER)

#31 Voltar

-Você gosta?
- Gosto.
- Mesmo?
- Sim, muito.

Marcio y Maira me contaron que estaban un poco cansados de Brasil y que a veces pensaban en marcharse a un lugar lejano que no sabían aún dónde estaba. Comimos juntos en un restaurante peruano que había muy cerca de los cines Abasto de Buenos Aires y después nos metimos en una sala a ver La Leyenda del tiempo, la película de Isaki Lacuesta que estaban proyectando en el Bafici (Festival de Cine Independiente de Buenos Aires).
Nos habíamos conocido una semana antes en el festival de Cinemateca Uruguaya. Ellos también estaban hospedados en el Red Hostel y alguien, quizá la recepcionista Elin, les dijo que yo había rodado un corto.
- ¿Tú eres Víctor?
- Sí.
- ¿Y has rodado un corto?
Me contaron que trabajaban como programadores en el festival de Sao Paulo y que habían viajado a Montevideo para seleccionar películas. Wrócic (Volver) estaba aún en una fase muy previa de montaje y sólo pude mostrarles mi cuaderno de trabajo con las fotos del storyboard.
Era la primera vez que Marcio y Maira estaban en Uruguay. Yo les conté que en una ocasión había viajado a las cataratas de Iguazú, aunque no les confesé que después de aquello me quedé con muchas ganas de escribir una película que sucediera en la selva. Estuvimos hablando y tomando durante un rato en el hostal y después nos fuimos a dar una vuelta por la ciudad. Me tocó hacer de anfitrión y terminamos cenando pizza al tacho en el Tasende y tomándonos unas cervezas en La Ronda.
Me dio pena no llegar al festival de Sao Paulo. La fase de montaje del corto se alargó mucho y el trabajo en el laboratorio de Buenos Aires está aún cerrándose, por lo que no pudimos enviar el material antes del fin del plazo de inscripción.
Maira Mee hizo la traducción al portugués del diálogo del principio de la película. Imagino que es una traducción de las buenas, pues Maira es ligüista y muy aficionada a los idiomas y juegos de diccionarios. Fue gracioso cuando me contó en euskera que llevaba unos cuantos años estudiando euskera en Brasil.
Cuando nos depedimos les regalé el disco Zebra de Anari. Ellos me regalaron la película Terra Estrangeira de Walter Salles.
Me acordé de Marcio y de Maira mientras sobrevolaba Brasil en el viaje de vuelta a casa. Había muchas nubes entre Sao Paulo y Río y cuando llegamos al océano era ya de noche. Y por un momento, en mitad de aquella oscuridad sin límites, fue como si el avión avanzara hacia ese lugar lejano que nadie sabe nunca dónde está.

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